(29.09.2012-25.03.2013)

Convertimos la sala Verónicas en ese espacio público donde todo puede ocurrir, donde se expone lo que sucede: una playa que es un parque a la sombra, un campo de juegos, una biblioteca, una tienda de los chinos, un futbolín, un cine al aire libre, o sea, un espacio en el que cada visitante convierta con sus acciones en un lugar diferente, suyo, libre de prejuicios, en definitiva, una playa que sea también un repollo (“el mar es como un repollo” Chesterton).

En el espacio principal una playa, y en los espacios adyacentes se complementa la  actividad de la nave central ofreciendo la posibilidad de la reflexión y contemplación.

En una de las naves laterales compartimos discusiones desde tres visiones diferentes del espacio público:

• la más popular, a través de encuentros y preguntas a la gente en espacios significativos; sus opiniones construyen y modifican el lugar

• la de nuestra experiencia, con el registro de diferentes entornos en los que hemos trabajado; la actividad del lugar da cuenta de las diferentes maneras de vivirlos

• la de teóricos e investigadores del espacio público, la ciudad y el urbanismo, mediante proyecciones al respecto.

Con todo ello se expresa la evolución de la concepción y construcción de esos lugares desde la creciente participación social y ciudadana, que da cuenta de otra forma de “conquista del espacio”. 

Reservamos otra de las naves para el conocimiento colectivo. El trabajo de Verónicas se extiende más allá de la sala, haciendo partícipe a ciudadanos, estudiantes, arquitectos, etc. Recogemos el pensamiento común sobre el espacio público más directo y contemporáneo a través de talleres, redes sociales y convocatorias abiertas de participación.

Agradecemos a la empresa Deportin S.L. su colaboración en el proyecto.